lunes, 2 de noviembre de 2009

Editoriales (2)

El otro día me pasé por la sección de librería de un famoso centro comercial (el del logotipo verde y triangular), y me chocaron varias cosas:

La primera fue encontrarme con la serie de Sookie Stachouse (la de True Blood, para los que no la conozcan) en la sección juvenil… [alzo una ceja, ??] ¿Juvenil? ¿Cuándo se revisó la calificación para menores que no me he enterado? Vale que la serie se haya puesto de moda con todo esto de los vampiros y que tiene una serie de televisión, pero leches, que los protagonistas no son precisamente quinceañeros enamoriscados asistiendo a un instituto, son adultos, con situaciones de adultos y escenas “nocturnas” (y nunca mejor dicho, jeje :[ ) de adultos. No me parece apropiado que en un establecimiento con un estilo prácticamente de self-service pongan libros que entran en la categoría de Romántico-Erótica en la zona infantil y al lado de los libros de el pato donald, por muy de moda que estén los vampiros. Cada cosa tiene su lugar, y con esto no piensen que soy una mojigata, que a mí personalmente me parece genial que los adolescentes menores de edad lean estas categorías, por lo menos leen algo y una buena novela erótica es casi como un manual de instrucciones, el kamasutra y una buena historia, no lo digo por eso, sino porque de no estar de moda el vampirismo gracias a varios libros juveniles, estos libros (los de TB) habrían quedado relegados al estante más oscuro y apartado en la sección de adultos. Los libros de Millenium están muy de moda ahora y no los ves cerca de la zona infantil, si no con el resto de novela para adultos.

Pero no es esto lo que más me chocó y que, a fin de cuentas, es problema del personal del establecimiento. No, lo que más me llamó la atención se trata un claro ejemplo del por qué las editoriales no tienen ningún derecho de exigir que las traducciones (oficiales o no) no circulen por internet de forma gratuita. Ahora os lo muestro.

Esta es la portada de la edición original americana del libro “Peligro tentador” de Eilenn Wilks








Por otro lado, esta es la portada original americana del libro “Moon Called” de Patricia Briggs

Y ahora os muestro el fallo tan garrafal y que muestra una total falta de consideración hacia el autor y los lectores por parte de la susodicha editorial, la cual cómo no, vende el libro (a un precio de casi 17€) y recibe los beneficios por un trabajo mal hecho.



Esta es la portada elegida para la edición en castellano de “Peligro Tentador”.
Para los que se hayan leído ambos libros, o solo los resúmenes de la contraportada, resulta evidente que la portada no tiene nada que ver, precisamente porque en este caso la portada original fue diseñada expresamente y únicamente para ese libro (la que aparece en portada es la protagonista y se puede apreciar claramente por el tatuaje de la huella de coyote que lleva en el ombligo), no es como esos libros con portadas que no expresan nada (véase el caso de crepúsculo y otros parecidos, que venga a mi alguien y me explique qué narices hace una manzana en una novela de vampiros (si, vale, algún quisquilloso dirá: “Pero es que Edward le coge la manzana con sus super-ultra-rápidos reflejos de vampiro antes de que caiga al suelo”….¬¬ , yo personalmente que quieres que te diga, como mucho viendo esa portada yo habría dicho a simple vista que la novela trata sobre Adan y Eva y el pecado original, pero claro, es una opinión y me estoy desviando). Lo que quiero decir es que a esa portada, la quitas el titulo y vale para cualquier cosa.

Lo peor es que la cosa no acaba aquí, como colofón para rematar la jugada, la versión en castellano de la continuación de esta novela también recibe otra portada diseñada para la serie de Patricia Briggs, donde el fallo ya es super evidente, y me hace preguntarme si son tontos o se lo hacen, jod*r, pero si se ve claramente que la tía es un mecánico de coches, no una policía)











Personalmente, si yo fuera la autora me parecería una falta total de respeto que le hicieran algo así a un trabajo mío y me haría plantearme seriamente el trabajar en un futuro con una editorial que se toma tan poco en serio el trabajo de los escritores que les dan de comer.

Todo esto me lleva a las siguientes cuestiones:
1. De verdad les interesa su trabajo o sólo están ahí por no estar trabajando para un Mc Donals
2. ¿Es que acaso no hay una persona que se encargue de leer el libro, preocuparse de la edición, ver que sea coherente, y evitar que ocurran estas cosas? Si no la hay me ofrezco voluntaria (ese sería sin duda el mejor trabajo después del de probador de colchones, jeje).
3. ¿Si su interés por los libros es tan nulo, realmente se merecen cobrar los precios que cobran por hacer mal su trabajo (traducir y transmitir fielmente la obra creada por el autor)? Porque, seamos claros, si voy a pagar casi 17 euros por un libro (en edición rústica), al menos me gustaría que fueran serios haciendo su trabajo
4. ¿Es esta realmente la imagen que queremos dar a los extranjeros? ¿Que más les vale no intentar abrirse en el mercado de habla castellana porque cuando lo hacen sólo consiguen que la caguen y encima tarden años en traducir los libros?

Parece mentira que los que más mimo y cuidado ponen a la hora de traducir y distribuir un libro sean los lectores y no las editoriales, y que encima luego vengan con aires de superioridad exigiendo derechos. Lo siento, pero “si reclamas el derecho, cumple con la obligación.” Al final del día, serán los consumidores los que compren tu producto. Si bajas la calidad y subes el precio, pierdes la clientela. Puede que crean que la sociedad de consumo en la que vivimos nos ha convertido en borregos ignorantes y estúpidos, pero incluso la estupidez tiene su límite, y la crisis económica va a demostrarles lo equivocados que estaban, porque quién pagaría esos precios por una traducción mal hecha y con una evidente falta de interés por lo que se hace, cuando lo encuentras gratis en internet y mucho mejor elaborado, y es cierto, he leído muchos textos realizados por editoriales que parecen traducidos por un alumno de primaria, sin ningún interés por la historia que se cuenta y con un conocimiento casi nulo del argot, algo que resulta casi imprescindible en un libro sobre temas paranormales y es justamente en estos casos cuando se demuestra que tanto el traductor como la editorial no tienen ningún interés por la historia.

En verdad, y aunque no lo parezca, soy una enamorada de la letra escrita sobre papel, me encanta el olor de la tinta y ver como poco a poco, libro a libro, va creciendo mi biblioteca. Pero también soy práctica y muy exigente, si las editoriales no me dan lo que quiero, lo busco en otro lado, y si resulta que ese otro lado, mira por donde, es gratuito, no pienso quejarme, pero tampoco permitiré que me mangoneen.

Ahí queda eso.

1 comentarios:

sakura dijo...

Hola de nuevo, que hacía tiempo que no comentaba.
En cuanto a la ubicación de de libros yo también he alucinado.
En la sección infantil de un hipermercado (ese que pone tanto lo del 3x2) he comprado por ejemplo dos de los libros de Jezz Burning, el Tapiz del vampiro y alguno más.
Y en otro hipermercado estaba con los tebeos de los niños el manga que sacaron de uno de los libros de la saga oscura de Feehan. Sólo me falta encontrarme la saga de Meredith Gendry al lado de los volúmenes de Pocoyo.

En cuanto a lo de las portadas te doy toda la razón, ahora mismo no caigo en otros casos, pero estoy totalmente segura de que hay varios más. Que a veces cuando echas un vistazo rápido y ves que es la misma portada pues ni lo miras porque ya lo tienes y luego resulta que es otro libro.
También hay que añadir que en general los diseños de las portadas españolas son casi siempre más feos, en fin...

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